Ángel Guinda. Descansa en paz, amigo
Nos deja Ángel Guinda, nuestro poeta más querido. Un hombre que dedicó su vida a la literatura como profesor y como contundente poeta, crítico y animador de la cultura allí donde estuviera.
Nos deja su amplia producción literaria, versos recogidos en Vida ávida (1980), El almendro amargo (1989), Lo terrible (1990), Claustro (1991), Después de todo (1994), Conocimiento del medio (1996), La llegada del mal tiempo (1998), La voz de la mirada (2000), Biografía de la muerte (2001), Toda la luz del mundo, Minimal love poems (2002), La creación poética es un acto de destrucción Antología (1980-2004) (2004), Poemas perimentales, plaquette (2005), Toda la luz del mundo, Minimal love poems (2005), Claro interior (2007), Toda la luz del mundo, Minimal love poems (2008), Poemas para los demás (2009), Caja de lava (2012), Espectral (2018), Catedral de noche (2015), Los deslumbramientos seguido de recapitulaciones (2020). Y ese ensayo sobresaliente: El mundo del poeta. El poeta en el mundo (2007).
Le lloramos porque era amigo y un hombre de sincero y cariñoso saludo en un sector de queridos impostados. Le lloramos porque fue un gran poeta. Le lloramos porque fue nuestro Premio de las Letras Aragonesas. Le lloramos porque en una pared de Zaragoza se rezaba "Pinochet pedo de culo, matón del pueblo chileno, valiente bufón de USA, con la pistola en la blusa." Le lloramos porque un día nos regaló su pregón para la Feria del Libro de Zaragoza. Por tantas cosas.
Y le vamos a echar mucho de menos. Muchísimo. Viva Ángel Guinda. Poeta.
"Me he fumado la vida
Me he fumado la vida
como el tiempo se me ha fumado a mí.
Mirad esta laringe, esta tráquea,
estos bronquios y pulmones
ametrallados por la nicotina.
He fumado los gases subterráneos
del Metro en sus andenes;
el aire de Madrid, sucio
como una traición a la luz más hermosa;
las nevadas del yeso en las pizarras,
la hoguera negra de los tubos de escape,
las hojas secas de la marihuana,
el asfalto, la niebla, la humedad,
la avellana tan blanda de los clítoris,
la espesa polvareda de lo siniestro
cuando huía de mi sombra,
y mi vida hecha polvo,
y el polvo que seré
bajo el árbol secreto de la muerte."