El anticuario de Gustavo Faverón nos atrapa en Cálamo
Gustavo Faverón estuvo en la librería Cálamo de Zaragoza presentando El anticuario (ed. Candaya). Acompañado por Ricardo Lladosa, colaborador habitual del suplemento cultural Artes y Letras de Heraldo de Aragón, charlaron de la que es la primera novela del escritor peruano.
La originalidad de El anticuario es fruto de la conjugación que Faverón logra entre argumento y estilo; narratividad y lírica; trama y voz propia. La trama central bien podría definir la novela como policíaca. Daniel, encerrado en un psiquiátrico y acusado tiempo atrás de un crimen terrible, es ahora sospechoso de otro, y necesita la ayuda de un amigo, experto en patologías del lenguaje, para demostrar su inocencia. Homicidios seriales, mensajes cifrados y coleccionistas de antigüedades se dan cita en las páginas de un libro en el que surgen muchas pequeñas historias ajenas, en una clara tendencia del escritor hacia la digresión literaria con la que rompe el hilo del discurso.
La novela transmite también el amor por los libros pero al mismo tiempo avisa de sus peligros: la obsesión bibliófila nos puede llevar al aislamiento y a la locura. Y ante tal panorama Lladosa se pregunta si no estaremos ante una pesadilla, ante un viaje sin retorno a la locura.
De fondo, Faverón nos muestra su espíritu combativo contra las desigualdades sociales, la corrupción y la violencia en el Perú, siguiendo la línea marcada en sus artículos periodísticos, blogs o entradas en facebook.