Gregorio Morán habló de los mandarines en librería Cálamo

Gregorio Morán presentó ayer en la Librería Cálamo​ su libro El cura y los mandarines. Historia no oficial del Bosque de los Letrados. Cultura y política en España, 1962-1996. Este ensayo venía cargado de polémica ya que fue rechazado por la editorial Crítica del Grupo Planeta cuando ya se conocía hasta la portada. Finalmente ha sido publicado por la Editorial Akal a quien Gregorio Morán agradeció ayer enormemente su valentía. El libro parecía que iba a dormir el sueño de los justos. Estuvo acompañado por Paco Uriz y Gervasio Sánchez.

Durante la presentación se habló de la censura como asunto económico y no político o del poder de unos medios de comunicación completamente arruinados como creadores de la hegemonía cultural del país y de la resistencia desde lo virtual. Se habló de una prensa agotada y sin futuro. La charla dio para mucho. Y es que estamos ante una "sabatina intempestiva" de 800 páginas, un ensayo que recoge una visión crítica de la evolución de la cultura española durante las últimas décadas del pasado siglo. Un ensayo que parte de una pregunta: ¿qué fue sucediendo para que los mandarines, las figuras críticas de nuestra cultura de los años sesenta, se fueran haciendo cada vez más conservadoras, hasta convertirse en institucionales? Y busca la respuesta desde la crítica con Jesús Aguirre como hilo conductor y con cientos de personajes.

Escuchamos frases como "el mundo académico es una fuente de humor", "en la cultura española nunca hubo una revolución", "en Cataluña existe el oficio de hijo de poeta y en España la de hijo de notario", "el poder se cobra el favor de los intelectuales" y otras muchas que hicieron sonreír a unos, asentir con la cabeza a otros y removerse en sus asientos a unos pocos.

Por cierto, que tan solo once páginas fueron las que provocaron el rechazo de Planeta. Páginas dedicadas con especial especial virulencia a Víctor García de la Concha, exdirector de la Real Academia de la Lengua. Pero por no alargarnos más os invitamos a leer la explicación en la versión digital del diario El País, cuya publicación para Morán es un cierto éxito. Y si pueden, buceen en lo digital, que ahí el agua todavía es cristalina.