Rabadancito, un cuento de tradición oral en librería París
Sandrá Araguás y el ilustrador David Guirao de nuevo unen sus fuerzas para regalarnos un estupendo trabajo que seguro gustará a niños y padres: RABADANCITO, publicado por Editorial Sin Cabeza. La librería París ha sido el espacio elegido para la presentación y los autores han estado acompañados de la escritora de Logroño, Carmela Trujillo, admiradora de la obra de Guirao, y del librero César Muñío.
Hasta la librería se han acercado muchos niños con sus padres, que han disfrutado, y cantado, con el cuentacuentos que les ha ofrecido al final Sandra Araguás, cuentista de primer orden, como ya saben las "librerías de cuento" de Huesca.
La campana de Huesca fue el primer libro que firmaron juntos Sandra y David, al que le sigue ahora este Rabadancito. Con él también nos trasladan a Huesca, pero mucho más arriba, hasta las montañas pirenaicas, en cuyas verdes praderas pastan los grandes rebaños de ovejas bajo la atenta mirada del rabadán y el mayoral. Personajes algo olvidados que nos devuelve esta publicación, una de las grandes virtudes que rodean el libro. Sandra Araguás recupera un cuento que le contaron y lo traslada al papel. Una historia por que sentía pasión y que se convirtió para el ilustrador en un reto.
David Guirao logra con su vivisima paleta de color recrear la atmósfera de las grandes montañas del Pirineo aragonés, logrando hacerse con unos personajes muy alejados de los caballeros medievales de sus últimos trabajos. Más modestos ahora, dibuja magnifcamente a rabadán y mayoral. Un libro lleno de detalles y objetos que Sandra le iba indicando que debían aparecer. Y como ya ocurriía en La campana de Huesca con aquel pajarito que nos acompañaba en toda la historia, también aquí, en Rabadancito, David encuentra ese elemento poético presente a lo largo de todo el libro en la Maliculea arion, una mariposa en peligro de extinción que tiene su propia reserva natural (la primera de mariposas en Europa).
Pero hay mucho más por descubrir en Rabadancito, como a Ricardo Compairé, fotógrafo que dejó un importante fondo de imágenes anteriores a 1936. Una fototeca que permite a los autores indagar en el aspecto de la sociedad y los pueblos altoaragoneses de principios de siglo.
Y no os perdáis el magnífico dibujo final en el que Guirao retrata a la cuentista Sandra bajo la atenta mirada de sus hijos. Una delicia.
¿El cuento? Habrá que leerlo pero os diré que hay buenos y malos, ladrones de ovejas y un avispado mayoral.