Sergio Galarza estuvo en Antígona presentando La librería quemada
El martes 16 de diciembre Sergio Galarza Puente presentó en la Librería Antígona de Zaragoza La librería quemada, libro publicado por la editorial Editorial Candaya. Galarza, peruano afincado en Madrid desde hace ya unos cuantos años, cierra con este libro su trilogía sobre la capital española. Él es librero, librero en una “gran librería de la Gran Vía”. Y en la La librería quemada nos ofrece un ácido y entrañable retrato de un grupo de libreros que se enfrentan diariamente a situaciones absurdas. Pero detrás del humor y de la comicidad de muchas de las escenas que describe, como la de tener que explicar a los clientes que los libros no se catalogan por colores (ojo al dato), se esconde la desesperanza y desolación de unos personajes atrapados durante años entre anaqueles.
Sergio Galarza llegó a España desde un Perú en crisis y aterrizó en una España que entraba en la crisis. Galarza ha vivido siempre en crisis. Y en este su último libro está muy presente, lo que ha llevado a algunos críticos a catalogarlo en ese listado de novelas de la crisis. En ella escribe sobre la situación de los trabajadores frente a la gran empresa librera pero no toma partido, ni de manera sesgada. El escritor Ángel Gracia, dependiente en otra librería de Zaragoza, encargado de presentar el acto, dijo que en La librería quemada leemos sobre personajes doblegados frente al capitalismo, expuestos a las metas que la sociedad marca como el éxito, y si no las alcanzas fracasas. Un fracaso que es sólo tuyo. Por lo tanto sólo tú eres culpable de la situación, del desplome. Quizá sea la parte más desoladora de la novela.
Toda la escritura de Galarza se basa en la realidad. El escritor confesó su falta de capacidad para la fabulación y que lo que hace es ordenar la realidad, darle secuencia literaria, otorgarle cierto aliento lírico. Pero leyendo La librería quemada muchos pensaréis que es imposible que no haya fabulado. Y es que con la realidad les basta y les sobra a los dependientes de las librerías.
Ángel Gracia apuntó también que a pesar del origen peruano de Sergio Galarza esta novela tiene mucho de español por lo que tiene de esperpento. Aunque a tenor de algún pasaje que nos leyeron, en la La librería quemada el escritor no deforma la realidad, no la recarga de rasgos grotescos y absurdos. Es grotesca y absurda de por sí. La dedicatoria que Galarza dejó escrito en nuestro ejemplar resume a la perfección el libro, «… este retrato de seres absurdos, y reales».
Además de los muchos curiosos que se acercaron por Antígona, pudimos saludar a los escritores Ismael Grasa, Eva Puyo o a Miguel Serrano, autor también de la editorial Candaya. Víctor Romano, de la librería El Armadillo Ilustrado, se pasó a saludar a Galarza, antiguo compañero de andanzas libreras en la Gran Vía madrileña.